¿Quién dijo que nuestros alumnos no tienen ilusión, alegría y pasión? Es verdad que la guardan y reservan para momentos importantes y, para ellos, uno de esos momentos son las excursiones. Bueno, algunas excursiones, como, por ejemplo, la que hicimos al parque de la Warner.
Salían nerviosos y expectantes, se les veía la ilusión a raudales antes de montarse en el autobús y disfrutaron “como niños” a lo largo de todo el día. Es una jornada en la que no te necesitan para nada (salvo si hay una emergencia, que, gracias a Dios, fue leve y transitoria).
Ser profesor ese día, como otros muchos días en el aula, es una auténtica gozada y un verdadero lujo. Estás a su lado por si te necesitan y también para disfrutar de esa ilusión que brota a borbotones y que se contagia por momentos entre estos adolescentes que son una delicia y constituyen un auténtico tesoro.
Lo pasamos bien, profesores y alumnos, disfrutamos de un hermoso día, como lo hemos estado haciendo desde esos primeros días de septiembre que la suerte nos deparó convivir y congeniar con un grupo encantador y maravilloso. ¡Ojalá todos los días fueran como el de la Warner! Decía uno de nuestros alumnos, pues os puedo decir, en confianza y con mucho cariño, que, para los cinco tutores de primero, estar con vosotros, compartiendo vuestras inquietudes y deseos, vuestros logros y frustraciones, es estar todos los días en la Warner. ¡Gracias, chicos! ¡Sois maravillosos!
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