Si algo caracterizaba al P. Ángel Jubera era su cercanía, su frescura y su bondad. Hombre bueno donde los haya, que nunca juzgaba a nadie y que para todos tenía una palabra de ánimo, comprensión y ayuda. ¡No pasa nada! Era su forma de desdramatizar un acto, de ofrecer su perdón y tender la mano al que no hubiera realizado "del todo bien" alguna cosa.
"Grande, Jubera". Te echamos en falta nada más irte. ¿Qué será de nosotros uando necesitemos tu ayuda y tu consuelo? Hoy es Viernes Santo y sabemós que también Él, el santo y justo, el Hombre-Dios tuvo que pasar por la muerte para alcanzar la gloria de la Resurrección y la Vida, donde seguro que tú estás disfrutando con él de las verdes praderas, las hermosas montañas y, seguro, seguro, que organizando un día de excursión para otear desde el horizonte a todos aquellos que en la tierra te extrañan y se duelen de tu partida. Ya lo sabes, pero no está de menos decírtelo: "Jubera, te queremos".[Best_Wordpress_Gallery id="2615" gal_title="Bueno"]