Al P. Ángel le preocupaba y mucho trasmistir la fe de Jesús. Era un hombre de fe y entre sus inquietudes estaba el debate entre la fe y la razón. Como buen filósofo no renunció a encontrar las últimas verdades y la explicación lógica y científica de la realidad, pero siempre unida a sus convicciones de fe y a potenciar y encontrar el verdadero diálogo entre la fe y la razón.
En cantidad de ocasiones le vimos presidir bodas y celebrar bautizos. Con mucha frecuencia acompañaba a familias en el duelo y en los funerales de sus seres queridos. A muchos alumnos dio la primera comunión y últimamente se destapó como un catequista ejemplar, llevando varios grupos de maduración en la fe y acompañando a los antiguos alumnos y a los alumnos que se preparaban a recibir el sacramento de la confirmación.
Estamos seguros que el Buen Pastor te ha recibido en las praderas eternas como a buen discípulo, como gran creyente y como un estraordinario pastor de almas.[Best_Wordpress_Gallery id="2635" gal_title="Evangelizador"]