Parecer ser que hay un fantasma que por las mañanas su cuela a través de las paredes de una habitación y utiliza el servicio de dicha habitación sin permiso del inquilino de la misma. La historia de por si suena rara…pues imaginad contárselo en inglés al de recepción de la residencia. Y no os digo nada ya sobre la cara que ha puesto… No obstante hemos pedido al inquilino que antes de marcharse mañana haga una foto al servicio para que a la vuelta podamos verificar la existencia del fantasma y al menos lograr que nos crean en recepción. De este misterio seguiremos informando.

Desayuno, clases y comida…ya de forma rutinaria y sin novedad. Parece ser que hay un profesor medio filósofo… intentaremos averiguar más. Tras la comida había visita al pueblo. Aquí es costumbre acompañarlos hasta el centro, delimitarles una zona y darles tiempo libre para que investiguen por si solos; o sea, normalmente se pasan el tiempo en el Starbucks más cercano al punto de encuentro. Nosotros queríamos que conocieran algo más: historia, arte, etc.  y por la mañana preparamos alguna visita. Así que nos los llevamos del Starbucks (casi literal).

Primero visitamos la iglesia de St Peter donde les explicamos, además del edificio, la diferencia que hay entre las iglesias anglicanas y las nuestras. Como dicha iglesia tiene cementerio (como casi todas las inglesas) mi compañera les llevó a visitar la tumba de Mary Shelley, autora de la novela “Frankestein”. Siguieron la vida y milagros de la autora prestando mucha atención.

Bajamos a la playa central de Bournemouth visitando la parte de la noria que sale en todas las fotos de la ciudad. Rematamos la tarde paseando por uno de los jardines de esta ciudad (tiene varios y todos de gran belleza) y explicando ante la biblioteca pública lo que era un college. En toda la visita tuvimos un adoptado que siguió nuestras explicaciones con gran interés.

A la habitación, ducha y a cenar. Tras la cena hubo una actividad llamada Casino Night donde, en inglés, los chicos pasaban por varios juegos recolectando fichas que podían cambiar por golosinas o refrescos. La verdad es que ha estado bien y los chicos han disfrutado. Había dos que no querían jugar ni a tiros y me lo he jugado con ellos al ping-pong. He tardado tanto en ganarlos (a la 4ª partida, yo contra los dos a la vez) que cuando han subido al casino este, casi habían acabado; pero que quede para la historia: “He ganado a los 2 a la vez”

A la residencia para irse a la cama. A las 10:45 de aquí todos en la habitación listos para dormir. Todos bien. Mañana contaremos más sobre el misterioso fantasma del…

Bournies, Hipatia y Dumbledore