Corriendo a todos los lados. Así definiríamos el día: Corriendo a desayunar, aunque algunos se lo tomaron en plan Domingo. Corriendo a Oporto…bueno, en bus, pero con retraso, etc, etc.

Fue la primera noche en 15 días que no sonó el teléfono de emergencias. No me lo podía creer. Ni un simple “me duele la cabeza”…fantástico.

Día de visita: unos a la Torre os Clérigos y “puerta de la Librería” (está imposible). De ahí a Sao Bento y Catedral. El resto: Palacio de la Bolsa, Infante Dom Henrique,  Puente Luis I y Ribeira del Douro. Todos con la boca abierta. Ha calado entre los chicos el cachito visitado.

A las 12 hacia Guimaraes, precioso enclave a una hora de Oporto. Comida express en un centro comercial (tan express que alguno ha salido “empapuzado” (término acuñado por mi asesora lingüística y de estatuas raras y que define a la perfección el tema: si te empapuzas te duele la barriga un rato).

Visita al Castillo (más bien sus murallas) y al Palacio Dos Duques do Braganca. Visita eterna porque se entraba de 28 en 28…Resto de la tarde visitando el centro histórico.

A Do Dragao! Recorrimos la maravilla arquitectónica que es el estadio del Oporto y entramos a cenar en el centro comercial contiguo (vamos que hicimos un día mix: visitas turísticas y visitas centro comerciales).

A las 10’30 nuestras entrando en el albergue. A la cama. Todos bien, incluídos los empapuzados. Mañana más

P. Dumbledore (a los otros no les pongo porque ayer me la jugaron con un secador de pelo…hala, castigados)