A las 2’40 am llegamos con el bus cargado de alumnos que volvían de Winchester. A mi me habían ofrecido quedarme en Madrid pero debido a motivos profesionales que van más allá de la mera organización de viajes debía volver a Valladolid siempre y cuando diera tiempo y salir con el grupo a Bournemouth. Así lo hice. A las 3’20 am completamente renovado volvía al punto de partida con toda la ilu del mundo: aventura nueva, Bournemouth. Enciende las luces del patio del cole, recoge desayunos, revisa listas… Todo a punto…
Llega el bus, cargamos y hala pa Madrid. Se nota en los primeros kilómetros que la aventura es nueva. Pocos alumnos, no se conocen entre ellos, hablan poco…, enseguida se duermen.
Al poco rato al del bus le da por irse a celebrar Las “Águedas” a Zamarramala…pero donde va este hombre? Nada que se ha pensado que esa era la desviación para coger la SG-20 ya que la entrada está en obras y para el centro que nos ha llevado. La verdad es que siempre es agradable ver el Acueducto a cualquier hora y más si es a las 5 de la mañana…precioso. Nada, como buen descendiente segoviano le he sacado de allá y a los 5 minutos volvíamos a estar en ruta. Si claro, pero cómo se duerme uno ahora si no quiere aparecer en Albacete…
Naaaa… directos a la T-1 a desayunar. Caras largas…digo yo que de sueño, espero. Facturamos y pa dentro. Control sin mayor problema. Avión en hora. Todos durmiendo en el vuelo…menos yo. Me tocó asiento central y fue imposible. Aterrizaje, control, maletas, tren a Blackfriars…todo en hora según lo previsto. Fuimos a dejar las maletas y…¡Oh! ¡Sorpresa! El negocio había cerrado… ¡Nos han estafado! Tras la sorpresa inicial tomamos la decisión de quedarnos uno con las maletas y el otro con los chicos a comer. Con la bobada se nos hizo tarde y no pudimos ver nada. Ya hemos iniciado la reclamación y ya estamos buscando solución para el Sábado. Lo que se rió el del pub de al lado cuando le pregunté por lo de las maletas. Creo que no somos los primeros pardillos esta semana.
Tren a Bournemouth…2 horitas y a la residencia a por las habitaciones. Viaje larguito con el tren a tope pero bien. Dicen las malas lenguas que ronqué un poquito. Que bobos, lo que pasa es que iba repasando en inglés y estos no entienden…
De la estación a la residencia 5 minutitos a pie y allí estaba Annie esperándonos. Nos dieron las habitaciones y a cenar a la escuela. Las habitaciones bien. Repartidos pero bien vigilados. Las instalaciones muy buenas, y lo mejor el ambiente: miles de estudiantes de todas partes viviendo aquí dentro.
Al llegar a la escuela nos contaron el funcionamiento de las comidas y nos pusimos a cenar: unos raviolis, ensaladas, pastel… Rico todo. Después hubo excursión a la playa y actividad terminando la mitad bailando sobre la arena con un aire frío tremendo. Volvimos a la residencia y a la cama.
Todo aquí está muy organizado. Se nota que tienen solera haciendo esto. Tienes que hacer un check (firma) al salir de la residencia, te revisan que a la hora estes en tu habitación, guardia abajo y fuera… Las actividades otro tanto. Los chicos al llegar tienen un código que les abre una app y escogen la actividad a hacer de cada día. El staff una pasada; aquí si que la supervisión es tremenda. Les acompañan en todo momento. Vamos que si les dejamos, los monitores estos nos dejan en paro.
Día muy largo que empezó en Winchester y termina en Bournemouth pasando por Pucela. Los chicos bien y yo de mal humor porque he descubierto que me dejé el ratón del ordenador en el avión…ya me vale. Mañana más y mejor
Los Bournies, Hipatia y P.Dumbledore