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Crónica Alevín Femenino Baloncesto. #19febCDSA

SAN AGUSTIN 31 – CDU 29

Apasionante el partido disputado el pasado sábado en el Gregorio Fernández entre dos equipos que lo dieron todo, literalmente. Quien tuvo la suerte de verlo al fin, después de dos años de “parón” (y tras una primera fase insulsa) pudo volver a disfrutar del baloncesto.

Más igualdad, más intensidad, más esfuerzo, imposible.

Dos equipos que tenían que ganar sí o sí para seguir en la lucha por el título después de perder ambos contra San Isidro. Dos equipos que se jugaban continuar en la pelea, o abandonar sus aspiraciones de acabar arriba.

El partido fue un toma y daca continuo, sin tregua, sin descanso.

Cada pelota se luchaba, cada centímetro se ganaba, cada tiro era un triunfo.

Pero fueron las de CDU las que arrancaron con más ganas.

Apretaron desde el primer balón y no dejaron a las de “SanAgus” jugar, ni sacar tiros claros, ni hacer su juego.

La presión al base y sobre las líneas de pase hicieron que sacaran varios contraataques francos que las hicieron ponerse en ventaja clara, acabando el primer cuarto con un 0-10 más que esclarecedor. El desconsuelo reinaba en las de blanco, la frustración campaba a sus anchas en sus filas. Pero algo cambió. Quizás no algo sino todo.

La arenga del míster debió espolearlas. Salieron con otra cara al segunda cuarto.

Y ya entendieron qué había que hacer para ganar. Pelear, luchar, esforzarse. Siempre un poco más que el rival. Y comenzó la remontada. Punto a punto, canasta a canasta, ataque a ataque, defensa a defensa. Así la renta en contra se bajó a 9, a 8, a 7, a 6…

Ya no hubo tregua alguna. Ya las agustinianas lo comprendieron y no cejaron en su empeño. Hasta el final.

Anotaron de fuera, de dentro, en 1×1, en contraataque, de tiros libres.

Un poco de todo, pero sobre todo atrás. En defensa, donde se ganan los partidos, en la parte fea que a nadie gusta, pero que es la parte del baloncesto que equivale en la vida a respirar. Sin ella no hay nada, no se puede. Sin ella no se llega al objetivo, sin ella nadie triunfa. Y así fue. Y ya una vez arriba en el marcador las “Chamorrinas” no dejaron escapar la victoria. La amarraron, mucho les había costado para dejarla escapar. Bien merecida. Se lo ganaron a pulso.

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