El domingo 15 de enero, además de tener “Pingüinos y motos por Valladolid” celebramos la Infancia Misionera, que es una red internacional de niños que se forman en la misión y comparten sus aportaciones para ayudar a los misioneros en su trabajo con niños como ellos pero con más dificultades. Gracias a su generosidad más de cuatro millones de niños pueden acceder a la educación, la salud, la protección de la vida, y la fe,
En un mundo dividido por el odio, las guerras, las diferencias y las envidias, los cristianos nos ayudamos, nos perdonamos y mostramos a la gente que otro mundo es posible. Tenemos una responsabilidad con nuestros hermanos y todos somos indispensables para Dios. Sus objetivos son:
Ø Reconocer como hermanos al resto de personas que forman la sociedad.
Ø Descubrir la misión que todos tenemos como hermanos.
Ø Comprender que formamos parte del plan de Dios para que todos seamos seguidores de Jesús.
El lema de la Jornada, “Uno para todos, y todos para Él”, está inspirado en una frase de una famosa novela de Alejandro Dumas. Se alinea con el tema propuesto por la Secretaría Internacional de Infancia Misionera de Roma, que es la comunión. José María Calderón, director nacional de OMP, explica. “Qué bonito es hacer ver a los niños del mundo que la Iglesia es una gran familia en la que cada uno es importante. ¡Los niños tienen derecho a no estar solos! Y esto es lo que queremos mostrar este año”.