Los ingleses han dado con la solución para que dejemos de pegar los chicles bajo los asientos o las mesas.
Llevo dos días mosqueadillo porque las farolas del campus tienen todas una placa metálica de color rosa. Incluso en algunas hay una esfera también rosa. Tal es así que ayer me puse a inspeccionar una de cerca porque me resultaba curioso. Peazo de descubrimiento.
Las placas sirven para que pegues el chicle que vas masticando y ha perdido su sabor. Tu pasas junto a la farola y ¡zas!, le pegas ahí y lo dejas.. Las esferas (parecen la bola esta de los Pokemon pero en rosa)… estas sirven para meterlo dentro. Os pongo fotos por si no os lo creéis, pero he sido recatado y he fotografiado 2 vacías; no veáis lo “puagh” que parecen las que tienen los chicles pegados.
Es evidente que aquí tienen un chicle-problem porque está llenito. Digo yo que luego alguien se encarga de vaciar placas y esferas…no me gustaría hacer ese trabajo, fíjate tú. Lo curioso es que no lo hacen para salvar el planeta (salvar el planeta: frase muy de moda que tiene un montón de significados: recicla, no uses plástico, no gastes agua, no uses papel,etc, etc).
Si,si…salvar el planeta…ja,ja. Los restos de chicle, según el código QR que hay en las placas, sirven para fabricar zapatillas deportivas de una conocida marca. O sea que además de pagar mínimo 100€ por ellas, te llevas puesto los chicles de media Europa, UK, o de donde procedan los restos. Interesante. Solo espero que no suceda al revés también, que con los restos de zapatillas hagan chi… pufff.
Los Winchis se levantaron sin problemas (no tienen el móvil) a las 7 y a las 7’30 bajaban para desayunar alegremente. Tras el desayuno retornaron al “barrio plurilingüe” donde viven este año para el tema este de los dientes (la cosa va de masticar hoy…). Y vuelta rápida porque las clases empezaban a las 9. A partir del Martes las parte dentífrica se hace en el comedor (WC) para evitar tanto paseo y socializar más). A las 9 en punto comenzaban las clases; al ser el primer día creíamos que se tardaría más por aquello de ubicar a cada alumno en el aula que le tocara….¡sorpresa!, estaba tan bien organizado que ni 5 minutos. Perfecto.
De las clases hablamos otro día. A las 12’00 comiendo y a la 1 tuvimos una especie de charla de bienvenida. Allí llegó Daisy, los sentó a todos (los nuestros y más)…y curiosamente se callaron…increíble. Decidido, me voy a llevar una Daisy de estas a clase para que se callen.
Les explicó el funcionamiento del Campus, les dio una pulsera de tela para poder reconocer a que grupo pertenecen (hay varios de cientos de grupos aquí) y les instalaron una app para conocer las actividades que tenían cada día. La verdad que Daisy lo tenía todo muy “currado” que se suele decir ahora.
Vuelta a las habitaciones…aparece la lluvia…Entre pitos y flautas nos dieron las 4 y decidimos que como a la actividad del basket llegábamos tarde, nos íbamos a presentar a nuestros estudiantes la catedral de Winchester y sus alrededores. Una horita de turismo y helados (si, ya lo sé, lloviendo a ratos y con frío… cualquiera les decía que no). Para casa majos. Ya atraviesan el cementerio con normalidad y empiezan a entender eso de los ingleses circulan por la izquierda.
Cena y actividad nocturna. Bailes, juegos…todas las nacionalidades que van apareciendo entremezcladas…algún contacto internacional ya se ha producido. Esto va bien. Además hemos adoptado a una húngara y una italiana… somos 30, números redondos. Las 10…pa casita majis (se lo pasaron en grande porque no querían salir de allí).
Preparamos el servicio de habitaciones pero lo servimos fuera: leche con Nesquik varios sabores (chocolate, fresa y plátano) y las famosas galletas de mantequilla servidos en vaso con pajita. Las “adoptadas” flipaban con el servicio especial de cena… A la cama todo el mundo, mañana más.
Todo se desarrolla con normalidad. La organización nos ha sorprendido. Sinceramente no nos esperábamos tanta mejora en las actividades y en el personal. Peazo equipo humano tienen aquí…y los alumnos/as todos bien; nada que reseñar…bueno sí: anoche lo intentaron otra vez. En esta ocasión en vez de un colchón utilizaron la vieja excusa de “es que me he dejado un pantalón en su habitación” para ir de excursión a otro chalet adosado del barrio…¡qué cracks!
Mañana más y mejor
Los Winchis, las Winchis adopotadas, Arturo, Ginevra y P. Dumbledore